Despierto
del duermevela en el que hace unos segundos me hallaba, miro el
reloj, las 5:45 am, ''todavía es pronto'' me digo, pero...¿pronto
para qué? Llevo despierta desde las 7:15 am de ayer y en todo ese
tiempo habré dormido unos 10 minutos. Mi noche la han acompañado
algunos amigos, algunos, algo más que amigos, algunos, hermanos,
algunos, simplemente personas. Una noche de insomnio acompañada de
una lata de Monster.
Decido
levantarme y voy a satisfacer mis necesidades biológicas, esas tan
molestas de las que los seres humanos y los seres vivos en general
nos hallamos esclavos. Vuelvo a mi cama, mi acogedora cueva, ese
amasijo de sábanas y mantas que te mantienen cálida y cómoda
durante millones de horas a lo largo de tu vida. Sin embargo, sé que
tengo que prepararme y segundos mas tarde dejo atrás ese lugar
mullido y me enfrento al árido mundo. Me peino, me visto, maquillo
mi cara y mis ojos y tras elegir el macuto apropiado comienzo a
llenarlo con algunos enseres que, de seguro, me serán de utilidad en
el día de hoy.
Procurando
no hacer el más mínimo amago de ruido voy a la cocina y enciendo la
cafetera, una se esas nespresso que tan de moda están ahora...
mmm... café, ese líquido que me tiene totalmente esclavizada
recorre mi organismo por dentro, lo quema, lo abrasa, pero también
lo reconforta, y lo más importante, me despeja. Escribo una breve
nota, cojo mi mochila y me voy.
Me
voy, preguntándome, preguntándome mientras bajo las escaleras, qué
música podría acompañarme en esta heladora y silenciosa oscuridad
que me envuelve. Y me digo, ¿por qué no?, aquella canción que en
su día me recomendó alguien que se hacia llamar Silencio Alquímico.
La canción me sugiere que lo deje todo atrás, que valla con él,
que él es el único que me hará sonreír, y la verdad es que cuanto
más lo pienso, más convencida estoy de que no miente.
Desgraciadamente
eso solo pasa en los sueños, y yo no creo estar viviendo uno, ando,
ando y avanzo por las calles, no hay casi coches, y mucho menos
peatones. ¿Quién, y digo, quién esta tan loco como para salir a
estas horas a la intemperie de la cuidad? ¿A dónde voy? y... ¿Con
qué fin? Mis pies avanzan, seguros de a dónde van, uno detrás del
otro, derecho, izquierdo; derecho izquierdo... No paran, avanzan
hacia mi futuro, por mi presente, dejando atrás mi pasado y voy
viendo pasar mi vida por delante, y me pregunto, ¿qué nos pasó?
¿No se suponía que ibas a ser el único que me hiciera sonreír?¿No
se suponía que iba a ir contigo?.... pero... si no vienes a
buscarme...¿Cómo te encuentro?
No, no puedes encargarle a una única persona tus sonrisas, salvo a ti misma. Sigue caminando y si quiere encontrarte, que comience a moverse- Pero si sigue quieto, déjalo atrás, no permitas que a tu edad nadie te estanque ni detenga tus ganas.
ResponderEliminarUn abrazo :)