21/1/12

~ENCUENTRO 1!


 La taberna del músico, así se llamaba el local en el que me encontraba, un tanto perdida, no obstante algo me hacía sentirme como en casa, olía a tabaco, el humo era el principal componente de ese ambiente mágico que había. Era un bar clandestino, pero me encantaban este tipo de bares. La actuación iba a empezar. El salió al escenario y yo pedí una copa mientras encendía uno de mis pitillos, dejándolo marcado de carmín. Comenzó a tocar, su música era oxígeno para mis oídos. En algún momento de la pieza, levantó la vista un segundo del violín para otear el bar, no estaba muy lleno, pero había la suficiente gente como para que mi persona no no desentonara en el local, no obstante su mirada se paró en mi, solo una milésima de segundo, aun así, algo en mí supo que me había reconocido. Al final, entre los aplausos, fui hacia la puerta trasera, por donde, con certeza saldría. Le esperé en la esquina este, al lado de los cubos de basura, sabía que no tardaría más de 20 minutos en salir, nunca lo hacía. Todavía alcanzaba a oír los aplausos que le aclamaban cuando el salió por la ya nombrada puerta. Andaba, violín en mano. Se acercó a mi, y sin previo aviso me empotró con la mano libre en la pared, y me besó. Llevaba años esperando que nuestros labios se tocaran, llevaba años deseando poder tocarle. Llevaba años deseando que una distancia de 700 Km se convierta en 7 cm. Llevaba años deseándole a él.
     No habló, no hablé, no hablamos. Solo disfrutamos del momento, el sabía quién era yo, yo sabía quién era él, las palabras sobraban. Sin decir palabra me cogió de la mano y caminamos hasta un pequeño pisito cutre de película, a no más de 5 minutos del local. Al llegar soltó las cosas y se fué a la cocina, mientras, yo observaba el apartamento, estaba decorado muy retro, era un loft, casi sin paredes, todo empapelado con posters, con vinilos y cuadros de Kandinski, picasso, y otros pintores cuyas obras no acababa de adjudicar. Por supuesto estaba muy desordenado, había partituras por los suelos e instrumentos por todos lados, las paredes estaban cubiertas de un corcho grueso que las insonoriza, y por algún sitio correteaba un precioso gato gris.
     Volvió de la cocina con dos cubatas naranjas, lo que deduje sería licor 43 con fanta, mi bebida preferida, seguimos sin mediar palabra, tras coger uno de los vasos, comencé a besarle, intercalando sus húmedos besos con sorbos del cubata, no me dí cuenta, pero cada vez se acercaba más a mi, haciéndome retroceder poco a poco, hasta que la cama me impidió seguir retrocediendo, me tumbó, me quitó el baso de cubata ya vació y los puso en un rincón. Siguió besándome, se puso sobe mi y comenzó a quitarme el vestido lentamente mientras yo, le desabrochaba la camisa poco a poco, era negra, me encantaba con camisa negra, estaba super sexi. No obstante por mucho que me gustara, se la quité en menos de 20 segundos, sus pantalones corrieron la misma suerte, al igual que mi sostén. Vista la situación, me decidí a tomar el mando y apresándole con mis piernas le dí la vuelta colocándome yo encima, sonrío, parecía que le gustaba, comencé a besarle los labios, el cuello, le mordí la nuez, le besé el pecho, el abdomen, le mordí los pezones, y seguí bajando hasta llegar a su centro, hasta llegar a ese gran bulto que sobresalía de sus boxers... sobra decir que aquellas paredes fueron testigo de aquel acto prohibido. Aquel acto que tras acabar nos dejo exhaustos, tirados en la cama, abrazados, sudorosos, cansados, pero sin decir una sola palabra hasta el momento, después de años, todavía no lo había oído hablar, aunque no esperaba hacerlo ese día, pues ambos estábamos extasiados, hasta tal punto que se me cerraban los ojos, poco a poco, pero sin pausa, no obstante, segundos antes de dormirme me pareció oír una maravillosa voz que me susurraba al oído...
     -Te quiero princesa.
     No sé si de verdad lo dijo o fueron imaginaciones miás, pero en aquel momento supe, que cuando muchos años atrás, me dijo que yo no era ''una de cientos'' no mentía...
-----
Soy en verdad especial? Soy una de cientos?, no lo sé, aunque quiero creer que no soy una de cientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DÉJAME TU SONRISA!